Sin corazas ni artificios,
dejar entrar la luz
por las grietas
del alma.
Sin refugio ni hogar,
desplegar emociones
cautivas tras las rejas
del corazón.
Sin mordaza ni miedo,
abrir la muralla de cristal
y liberar las palabras
que de silencio mueren.
Si no se abren las ventanas, el corazón aguarda demasiado, para mal.
ResponderEliminarUn abrazo
Por eso liberar es tan importarte.
EliminarMil gracias, Albada.
Besos apretados.