Amaneció cargado de nostalgia. Recordó la belleza de los jardines donde pasó su infancia. Añoraba la vieja pagoda y los bellísimos nenúfares que coloreaban la superficie del estanque en el que chapoteaba.
Ahora, encerrado entre cuatro paredes de cristal, se deslizan sus lágrimas por su piel mientras croa de melancolía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario